Terminó la vendimia



Por Mar Sánchez
17 de Octubre 2011

Terminó la vendimia . Uno de los momentos más emocionantes que se pueden vivir en la viña. Avanzas por las cepas y los sentimientos y sensaciones se van acumulando igual que los racimos cortados en los canastos.
Nervios, emoción, y gratitud a la tierra cuando en recompensa al trabajo de todo un año nos regala una buena cosecha.
Los bodegueros y viticultores saben que de la calidad del fruto dependerá en gran medida el producto final, por eso miman a sus uvas como si se tratara de sus hijos.
Y son las vides las que en esta época del año pierden lo que han parido, pero no les importa, ceden con gusto y orgullosas a sus vástagos porque la magia comienza de nuevo. A partir de ahora disfrutarán de su merecido reposo por el esfuerzo, y durante todo el invierno, el viticultor seguirá mimando a la planta. Es el momento de podar y retirar sarmientos .
En el mes de marzo, por las heridas de la poda comienzan a “llorar”; No sé si porque al despertar se acuerdan de los hijos perdidos o porque se emocionan sintiendo las yemas que brotan y un par de meses más tarde darán lugar a un espectáculo sensorial de diminutas flores blancas.
Las pequeñas flores, siguiendo el ciclo vital y prodigioso de la naturalez se convierten en frutos ácidos y verdes que bajo la tutela de su madre crecerán, madurarán y empezarán a asumir la importante misión para la cual llegaron. No hay prisa, tienen todo el verano para hacerlo.
El “envero” , proceso en el que la uva va poco a poco cambiando su color, es otro de los momentos que más me gustan al pasear Entre Cepas .
Con el final del verano, llega una nueva vendimia y el proceso comienza de nuevo.
La planta está agotada, su hoja color tabaco volverá a caer inerte y una vez más un profundo sueño se apodera de esta planta recia y fuerte. Luchadora incansable que todos los años muere para volver a nacer.

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